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666 ismo critico

Judith Reyes en el Museo de Culturas Populares

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Written by 666redux

febrero 10, 2009 at 4:51 pm

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entonces como les decía…

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Hola

Bueno, como les decía hace varios ayeres, en el 666 nos estamos reacomodando para lo que viene, les informo que el siguiente número estará dedicado al mundo marvelous del comix. Ya lo verán. Por lo pronto… ¿Qué más digo?…no lo sé, me he quedado sin palabras.

Adieu!

Franco M.

Written by 666redux

enero 30, 2009 at 2:56 am

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La Digna Rabia va….

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Zapatista (La Otra Grafica)

COMUNICADO DEL COMITÉ CLANDESTINO REVOLUCIONARIO INDÍGENA-COMANDANCIA GENERAL DEL EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL.
MÉXICO.

Comisión Sexta y Comisión Intergaláctica del EZLN.

26 de Noviembre del 2008.

A l@s adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona en México y el Mundo:
A l@s invitad@s al Primer Festival Mundial de la Digna Rabia:
Al pueblo de México:
A los pueblos del Mundo:

COMPAÑERAS Y COMPAÑEROS:
HERMANOS Y HERMANAS:

EN ESTA OCASIÓN LES DECIMOS NUESTRA PALABRA SOBRE LOS AVANCES PARA LA CELEBRACIÓN DEL PRIMER FESTIVAL MUNDIAL DE LA DIGNA RABIA.

PRIMERO.- HASTA EL DÍA DE HOY TENEMOS LA CONFIRMACIÓN DE LA ASISTENCIA DE PERSONAS, GRUPOS, COLECTIVOS Y ORGANIZACIONES DE, ADEMÁS DE MÉXICO, LOS SIGUIENTES PAÍSES:

IRÁN.

PAÍS VASCO.

ARGENTINA.

CUBA.

ITALIA.

CHILE.

FRANCIA.

INGLATERRA.

UNIÓN AMERICANA.

AUSTRIA.

BRASIL.

VENEZUELA.

SUECIA.

BÉLGICA.

COSTA RICA.

ALEMANIA.

ESTADO ESPAÑOL.

NORUEGA.

SUIZA.

GRECIA.

SEGUNDO.- DE NUESTRO PAÍS, MÉXICO, ASISTIRÁN COMPAÑERAS Y COMPAÑEROS DE LA OTRA COMPAÑA DE LOS DIFERENTES ESTADOS DE LA REPÚBLICA Y QUE HACEN SUS LUCHAS EN MEDIOS DE COMUNICACIÓN ALTERNATIVOS, EN LA DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS, EN LAS ESCUELAS Y UNIVERSIDADES, EN CONTRA DE LA REPRESIÓN, POR LA PRESENTACIÓN DE LOS DESAPARECIDOS Y LA LIBERACIÓN DE L@S PRES@S POLÍTIC@S, EN ORGANIZACIONES SOCIALES Y POLÍTICAS, EN EL ARTE Y LA CULTURA, EN SINDICATOS, EN LA LUCHA DE LAS MUJERES, CON L@S TRABAJADOR@S DE LA MAQUILA EN LOS RINCONES DEL NORTE DE MÉXICO, EN LA LUCHA AMBIENTALISTA, EN LA DIVERSIDAD SEXUAL, EN EL MOVIMIENTO MAGISTERIAL, EN EL CAMPO, CON L@S TRABAJADOR@S SEXUALES, Y LA SOBRESALIENTE LUCHA DEL CONGRESO NACIONAL INDÍGENA.

TERCERO.- PARA LOS DÍAS 26, 27, 28 Y 29 DE DICIEMBRE DEL 2008, EN QUE EL FESTIVAL SE CELEBRARÁ EN LA CIUDAD DE MÉXICO, ALGUNAS DE LAS ACTIVIDADES PROGRAMADAS SON:

26 de Diciembre del 2008.

1000 hrs. INAUGURACIÓN.

1100 hrs. Las Cuatro Ruedas del Capitalismo: EXPLOTACIÓN. Foro Abierto con la participación de trabajador@s de la industria maquiladora en Baja California y en Tamaulipas, la Confederación General de Trabajadores (Estado Español), obreros de Solano (Argentina) y trabajadores de Oriente Medio (Irán), así como aquell@s trabajador@s que quieran participar y lo avisen con anticipación.
Modera: Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM (México).

1700 hrs. Los Otros Caminos: OTRA CIUDAD. Foro Abierto con la participación de la Unión Nacional de Organizaciones Populares de Izquierda Independiente UNOPII (México), la Unidad Obrero y Socialista UNÍOS (México), Jóven@s de colectivos anarquistas, punks y libertarios (México). Brigada Callejera (México), así como quienes luchen en las ciudades, que quieran participar y lo avisen con anticipación.
Modera: UNOPII (México).

27 diciembre del 2008.

1100 hrs. Las Cuatro Ruedas del Capitalismo: DESPOJO. Foro Abierto con la participación del Congreso Nacional Indígena (México), Colonos y Colonas de Lomas de Poleo (Ciudad Juárez) (México), Asociación de Cabildos Indígenas del norte del Cauca (Colombia), así como quienes tengan palabra sobre el despojo capitalista, que quieran participar y lo avisen con anticipación.
Modera: Bárbara Zamora (México).

1700. Los Otros Caminos: OTROS MOVIMIENTOS SOCIALES. Foro Abierto con la CNUC-Tlaxcala (México), Fuerza Indígena Chinanteca (México), Frente del Pueblo (México), Colonia Blanca Navidad, de Nuevo Laredo (México), Frente Popular Francisco Villa Independiente (México), CACTO-Oaxaca (México).
Modera: CNI (México).

28 diciembre del 2008

1100 hrs. Las Cuatro Ruedas del Capitalismo: REPRESIÓN. Foro Abierto con las Doñas de Sinaloa y Chihuahua (México), mensaje de los presos políticos de Atenco (México), mensaje grabado de Gloria Arenas, presa política (México), Colectivo Tod@s somos Pres@s (México), Red Nacional contra la Represión y por la Solidaridad (México), y Bárbara Zamora (México).
Modera: UNÍOS (México).

1700 hrs. Los Otros Caminos: OTRA HISTORIA, OTRA POLÍTICA. Mesa redonda con la participación de John Holloway, Felipe Echenique (México), Francisco Pineda (México, Raúl Zibechi (Uruguay), Olivier Besacenot (Francia), Mónica Baltodano (Nicaragua), Sergio Rodríguez Lascano (México).
Modera: Revista Rebeldía (México).

29 diciembre del 2008.

1100 hrs. Las Cuatro Ruedas del Capitalismo: DESPRECIO. Foro Abierto con el Colectivo Anarko Punk La KURVA (México), Congreso Nacional Indígena (México), Asamblea Nacional de Braceros (México), Mercedes Oliveira (México).
Modera: CNI (México).

CUARTO.- PARA LA SERIE DE CONFERENCIAS MAGISTRALES QUE SE CELEBRARÁN EN SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS, DEL 2 AL 5 DE ENERO DEL 2009, HAN CONFIRMADO SU PARTICIPACIÓN LAS SIGUIENTES PERSONAS:

Adolfo Gilly (México).

Arundhati Roy (India)
(enviará su participación)

Pablo González Casanova (México)

Bárbara Zamora (México)

Mónica Baltodano (Nicaragua)

Carlos Aguirre Rojas (México)

Villoro (México)

Raúl Zibechi (Uruguay)

Oscar Olivera (Bolivia)

Carlos González –CNI- (México)

Michael Hardt (USA)

Juan Chávez –CNI- (México)

Walter Mignolo (Argentina)

John Berger (Inglaterra)
(enviará su participación)

Pier Luigi Sullo (Italia)

Olivier Bensacenot (Francia)

Sylvia Marcos (México)

Jaime Pastor (Estado Español)

Jotxe Iriarte (País Vasco).

Movimiento de los Sin Tierra (Brasil)

Paulina Fernández (México)

Sergio Rodríguez Lazcano (México)

Marcos Roitman (Chile-Estado Español)

Vía Campesina (Internacional) .

Gustavo Esteva (México)

Jean Robert (Suiza)

QUINTO.- POR PARTE DEL EZLN, HAN CONFIRMADO SU PARTICIPACIÓN COMO MODERADOR@S O PARTICIPANTES (o para dar lata -si saben a quienes me refiero-) EN LAS CONFERENCIAS EN CHIAPAS, L@S SIGUIENTES COMPAÑER@S:

COMANDANTA SUSANA.

COMANDANTE TACHO.

COMANDANTA MIRIAM.

COMANDANTE GUILLERMO

COMANDANTA HORTENSIA.

TENIENTE CORONEL INSURGENTE MOISÉS.

COMANDANTA FLORENCIA.

CAPITANA INSURGENTE ELENA.

COMANDANTA EVERILDA.

NIÑA LUPITA.

COMANDANTE DAVID.

NIÑA TOÑITA.

COMANDANTE ZEBEDEO.

 

SEXTO.- PARA LAS INVITACIONES HEMOS PROCEDIDO CON LOS DATOS QUE TENEMOS DE LAS ADHERENCIAS A LA SEXTA DECLARACIÓN, CONTACTOS REALIZADOS EN LA GIRA DE LA OTRA CAMPAÑA Y LOS DIRECTORIOS DE ASISTENCIA A LAS DISTINTAS ACTIVIDADES PÚBLICAS DEL EZLN. SI ALGUNA PERSONA, GRUPO, COLECTIVO U ORGANIZACIÓN, DE MÉXICO Y EL MUNDO, NO HA SIDO INVITAD@ SEGURAMENTE ES PORQUE NO TENEMOS SUS DATOS. ASÍ QUE LES PEDIMOS RESPETUOSAMENTE QUE DISCULPEN ESTA INCAPACIDAD NUESTRA Y SE PONGAN EN CONTACTO CON LA PAGINA DE INTERNET DE ENLACE ZAPATISTA, EN LA SECCIÓN CORRESPONDIENTE AL FESTIVAL MUNDIAL DE LA DIGNA RABIA.

SÉPTIMO.- ACLARAMOS QUE LAS INVITACIONES SON PARA PARTICIPAR COMO EXPOSITORES. LA ENTRADA A TODAS LAS ACTIVIDADES DEL FESTIVAL SON LIBRES Y ABIERTAS PARA TODA PERSONA QUE QUIERA ASISTIR Y CONOCER DE LA DIGNA RABIA QUE SE ORGANIZA EN MÉXICO Y EL MUNDO.

ALGUNOS DETALLES TÉCNICOS Y DE PROCEDIMIENTO SERÁN DADOS A CONOCER POR EL EQUIPO DE APOYO ORGANIZATIVO DEL FESTIVAL, EN LA PÁGINA ELECTRÓNICA DE ENLACE ZAPATISTA, EN LA SECCION CORRSPONDIENTE AL FESTIVAL MUNDIAL DE LA DIGNA RABIA.

ES TODO POR AHORA, SEGUIREMOS INFORMANDO.

 

 

¡LIBERTAD Y JUSTICIA PARA ATENCO!

 

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

Subcomandante Insurgente Marcos.

Teniente Coronel Insurgente Moisés.

Comisión Sexta del EZLN

Comisión Intergalactica del EZLN

                                              México, Noviembre del 2008.

 

Written by 666redux

diciembre 8, 2008 at 1:23 am

va de nuevo…

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¡¿Qué tranza raza pesada?!

Pues nada, después de tres meses de no meterle mano al sitio, les traigo un par de documentos, el primero es un texto de Walden Bello, me parece que es una muy buena introducción a los problemas financieros que está padeciendo el mundo entero, tal vez y tengamos la suerte de ver caer al capitalismo, mientras tanto compañeros, la lucha sigue.

El segundo texto es el documento que sacó el ezln para invitar al mundo a participar en el festival de la digna rabia, por ahí andará el 666 –Satán-ismo critico mostrando el zine y tal vez algo mas…

Órale pues compays, ahí los guacho.

Adieu!

Franco M.

Written by 666redux

noviembre 30, 2008 at 1:09 am

Publicado en aviso

de La Digna Rabia

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COMUNICADO DEL COMITÉ CLANDESTINO REVOLUCIONARIO INDÍGENA-COMANDANCIA GENERAL DEL EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL.

COMISIÓN SEXTA-COMISIÓN INTERGALÁCTICA DEL EZLN.

MÉXICO.

 

15 Y 16 DE SEPTIEMBRE DEL 2008.

 

A L@S ADHERENTES A LA SEXTA DECLARACIÓN Y LA OTRA CAMPAÑA:

 

A L@S ADHERENTES A LA ZEZTA INTERNAZIONAL:

 

AL PUEBLO DE MÉXICO:

 

A LOS PUEBLOS DEL MUNDO:

 

 

COMPAÑERAS Y COMPAÑEROS:

 

HERMANOS Y HERMANAS:

 

 

  Aquí está de nuevo nuestra palabra.

 

  Esto vemos, esto miramos.

 

  Esto llega a nuestro oído, a nuestro moreno corazón llega.

 

 

I.

 

  Allá arriba pretenden repetir su historia.

 

  Quieren volver a imponernos su calendario de muerte, su geografía de destrucción.

 

  Cuando no nos despojan de nuestras raíces, las destruyen.

 

  El trabajo nos roban, la fuerza.

 

  Nuestros mundos, la tierra, sus aguas y tesoros, sin gente dejan, sin vida.

 

  Las ciudades nos persiguen y expulsan.

 

  Los campos mueren y nos mueren.

 

  Y la mentira se convierte en gobiernos y el despojo arma a sus ejércitos y policías.

 

  En el mundo somos ilegales, indocumentados, indeseados.

 

  Perseguid@s somos.

 

  Mujeres, jóvenes, niños, ancianos mueren en muerte y mueren en vida.

 

  Y allá arriba predican para abajo la resignación, la derrota, la claudicación, el abandono.

 

  Acá abajo nos vamos quedando sin nada.

 

  Sólo rabia.

 

  Dignidad tan sólo.

 

  No hay oído para nuestro dolor como no sea el del que como nosotr@s es.

 

  Nadie somos.

 

  Solos estamos y sólo con nuestra dignidad y con nuestra rabia.

 

  Rabia y dignidad son nuestros puentes, nuestros lenguajes.

 

  Escuchémonos pues, conozcámonos entonces.

 

  Que nuestro coraje crezca y esperanza se haga.

 

  Que la dignidad raíz sea de nuevo y otro mundo nazca.

 

  Hemos visto y escuchado.

 

  Pequeña es nuestra voz para eco ser de esa palabra, nuestra mirada pequeña para tanta y tan digna rabia.

 

  Vernos, mirarnos, hablarnos, escucharnos hace falta.

 

  Otros somos, otras, lo otro.

 

  Si el mundo no tiene lugar para nosotr@s, entonces otro mundo hay que hacer.

 

  Sin más herramienta que la rabia, sin más material que nuestra dignidad.

 

  Falta más encontrarnos, conocernos falta.

 

  Falta lo que falta…

 

 

 

II

 

  A 3 años de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, el EZLN ha hecho una reflexión colectiva, alimentada por el horizonte más ancho que nuestr@s compañer@s de La Otra Campaña en México y de la Zezta Internacional en el Mundo nos han regalado.

 

  No es poco lo que hemos visto y escuchado, en veces directamente, en veces en las palabras y miradas de l@s otr@s.

 

  Tanta es la rabia que tocamos y tanta la dignidad que encontramos que pensamos que somos más pequeños todavía de lo que creíamos.

 

  En México y en los 5 continentes hemos encontrado lo que intuíamos cuando iniciamos éste nuestro sexto paso: hay otro mundo, hay otro camino.

 

  Si la catástrofe que se avecina puede evitarse y la humanidad tiene otra oportunidad, será por es@s otr@s que, abajo y a la izquierda, no sólo resisten, también esbozan ya el perfil de otra cosa.

 

  De algo diferente a lo que arriba ocurre.

 

  En la imposible geometría del Poder político, los fundamentalismos se reparten equitativamente: las derechas se tornan ultraderechas y las izquierdas institucionales se mudan a la imposible derecha ilustrada.  Quienes en la prensa progresista se quejan de que los fanáticos de la prensa de enfrente censuren, tergiversen y calumnien a su caudillo, a su vez censuran, tergiversan, calumnian y callan frente a cualquier otro movimiento que no se haya doblegado al dictamen del cabecilla, y sin pudor reparten condenas y absoluciones al compás de un rating mediático sin sentido.  Fanáticos de uno y otro lado disputan mentiras vestidas de verdades y los crímenes valen según el tiempo mediático que ocupan.  Pero todo esto no es sino el pálido reflejo de lo que ocurre en la política.

 

  El hastío frente al cinismo y la incompetencia de las clases políticas tradicionales, se ha ido convirtiendo en rabia.  En veces esa rabia sigue la esperanza de un cambio por los mismos caminos de siempre, y se topa o con la desilusión que inmoviliza o con la fuerza arbitraria que avasalla.  El norte revuelto y brutal vuelve a las andadas.  Cuando no patrocina fraudes electorales (como en México), promueve, alienta y financia golpes de Estado (como ahora intenta en Bolivia y Venezuela).  La guerra sigue siendo su diplomacia internacional por excelencia: Irak y Afganistán arden pero, para la desesperación de arriba, no se consumen.

 

  Las imposiciones de hegemonismos y homogeneidades a escala mundial, encuentran en las naciones, en las regiones y en las pequeñas localidades, los aprendices de brujo que ensayan la imposible vuelta histórica a un pasado donde el fanatismo era ley y el dogma ciencia.  Mientras tanto, las clases políticas gobernantes han encontrado en el mundo de la farándula el disfraz adecuado para ocultar su ingreso al crimen organizado.

 

  Harto de tanta avaricia, el planeta empieza a pasar la impagable cuenta de su destrucción.  Pero las catástrofes “naturales” también son de clase y sus estragos se hacen sentir sobre todo entre los que nada tienen y nadie son.  Frente a esto, la estupidez del Poder no tiene límites: millones y millones de dólares se dedican a fabricar nuevas armas y a instalar más bases militares.  El Poder del capital no se preocupa de formar maestr@s, médic@s, ingenier@s, sino soldados.  No prepara constructor@s, sino más destructores.

 

  Y quienes se oponen a eso son perseguid@s, encarcelad@s, asesinad@s.

 

  En México están en la cárcel campesinos que defendieron su tierra (San Salvador Atenco); en Italia son perseguidos y tratados como terroristas quienes se oponen a la instalación de bases militares; en la Francia de “la libertad, la igualdad y la fraternidad” los seres humanos sólo son libres, iguales y hermanos si los papeles así lo dictan; en Grecia la juventud es un vicio que hay que erradicar; otra vez en México, pero ahora en la ciudad del mismo nombre, l@s jóvenes son criminalizados y asesinados y nada pasa porque no está en la agenda que arriba dictan los de uno y otro lado, mientras una consulta legítima se convierte en el penoso lavamanos de un jefe de gobierno asesino; en la España de la moderna Unión Europea se cierran publicaciones y se criminaliza una lengua, el euskera, pensando que matando la palabra matan a quien la enarbola; en la Asia tan cercana, a las demandas campesinas se responde con sinrazones blindadas; en la soberbia Unión Americana, nacida de la sangre de inmigrantes, se persigue y asesina a l@s otr@s colores que ahí trabajan; en el largo dolor que se llama Latinoamérica es despreciada y humillada la sangre morena que la sostiene; en el Caribe insumiso, un pueblo, el cubano, debe sumar a la desgracia natural la de un bloqueo imperial que no es más que un crimen sin castigo.

 

  Y en todos los rincones de la geografía del mundo y en todos los días de sus calendarios, aquell@s que trabajan, aquell@s que hacen andar las cosas, son despojados, despreciados, explotados, reprimidos.

 

  Pero también hay veces, muchas, tantas que la sonrisa nos arrancan, que las rabias buscan sus propios caminos, nuevos, otros.  Y el “no” que levantan ya no sólo resiste, también empieza a proponer, a proponerse.

 

  Desde nuestra aparición pública, hace ya casi 15 años, ha sido nuestro empeño el ser puente para que las rebeldías caminen de uno a otro lado.

 

  En veces lo hemos conseguido, en veces no.

 

  Ahora vemos y sentimos no sólo la rebelde resistencia que, hermana y compañera, se mantiene a nuestro lado y alienta nuestros pasos.

 

  Ahora hay algo que antes no estaba, o que no alcanzamos a ver entonces.

 

  Hay una rabia creativa.

 

  Una rabia que pinta ya todos los colores de los caminos de abajo y a la izquierda en los cinco continentes…

 

III

 

  POR TODO ESTO, Y COMO PARTE DE LOS ACTOS CON MOTIVO DEL 25 ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DEL EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL, LOS 15 AÑOS DEL INICIO DE LA GUERRA CONTRA EL OLVIDO, EL QUINTO AÑO DE LAS JUNTAS DE BUEN GOBIERNO Y EL TERCER AÑO DE LA OTRA CAMPAÑA Y LA ZEZTA INTERNACIONAL, LOS HOMBRES, MUJERES, NIÑOS Y ANCIANOS DEL EZLN CONVOCAMOS A TOD@S L@S REBELDES DE MÉXICO Y EL MUNDO A LA CELEBRACIÓN DEL

 

 

 

 

PRIMER FESTIVAL MUNDIAL DE LA DIGNA RABIA

 

CON EL TEMA DE:

 

OTRO MUNDO, OTRO CAMINO: ABAJO Y A LA IZQUIERDA.

 

  A CELEBRARSE EN LAS SIGUIENTE SEDES Y FECHAS:

 

LA OTRA CIUDAD DE MÉXICO, DISTRITO FEDERAL, LOS DÍAS 26, 27, 28 Y 29 DE DICIEMBRE DEL 2008.  EN EL LIENZO CHARRO DE LA ASOCIACIÓN LOS CHARROS REYES DE IZTAPALAPA, del Frente Popular Francisco Villa Independiente-UNOPII, en la avenida Guelatao # 50, Colonia Álvaro Obregón, Delegación Iztapalapa, cerca de la estación Guelatao del metro, donde se celebrará la exposición.  Y EN EL LOCAL DE UNÍOS, en la calle Dr. Carmona y Valle #32, colonia Doctores, cerca de la estación Cuauhtemoc del metro, donde se realizarán otras actividades.

 

EL CARACOL DE OVENTIK, CHIAPAS, SEDE DE LA JUNTA DE BUEN GOBIERNO “CORAZÓN CÉNTRICO DE LOS ZAPATISTAS DELANTE DEL MUNDO”, LOS DÍAS 31 DE DICIEMBRE DEL 2008 Y PRIMERO DE ENERO DEL 2009.

 

LA CIUDAD DE SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS, LOS DÍAS 2, 3 Y 4 DE ENERO DEL 2009.  EN EL LOCAL DEL CIDECI, ubicado en el Camino Real de San Juan Chamula s/n, Colonia Nueva Maravilla.

 

  ALGUNOS DE LOS SUBTEMAS DEL FESTIVAL SERÁN:

 


.- OTRO CAMPO.

.- OTRA CIUDAD.

.- OTRA COMUNICACIÓN.

.- OTRO ARTE Y OTRA CULTURA.

.- OTRA POLÍTICA.

.- OTRO MOVIMIENTO SOCIAL.

.- OTRA HISTORIA.

.- OTRA SEXUALIDAD.


 

  EL FESTIVAL “OTRO MUNDO, OTRO CAMINO: ABAJO Y A LA IZQUIERDA”, TENDRÁ LAS SIGUIENTES CARACTERÍSTICAS:

 

            1.- En la sede de la Ciudad de México se instalará una gran exposición nacional e internacional donde cada lucha, cada experiencia, cada rabia, tendrá un espacio donde pondrá un su puesto para mostrar su lucha y su coraje.  Para que tod@s les miremos, les escuchemos, les conozcamos.

 

            2.- En la sede en territorio zapatista, la dignidad y la rabia se harán arte y cultura, música y canto, porque la rebeldía también se baila.  Y con palabras el dolor se hará esperanza.

 

            3.- En la sede en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, la palabra irá y vendrá para más palabras nacer y fuerza y razón dar a la rabia.

 

            4.- Los grupos, colectivos y organizaciones nacionales e internacionales que participen en el festival serán solamente los que sean invitados para tal efecto.  Para esto, la Comisión Sexta del EZLN ha iniciado consultas con organizaciones políticas y sociales, así como con colectivos y grupos anarquistas y libertarios, de comunicación alternativa, de arte y cultura, de defensa de los derechos humanos, de trabajador@s sexuales, con intelectuales activistas sociales, con ex pres@s polític@s, tod@s adherentes a la Sexta Declaración; y con grupos, colectivos y organizaciones de otros países, tod@s parte de la Zezta Internazional.  Después de estas consultas se establecerán los criterios para las invitaciones y los criterios de participación.

 

            5.- Para las mesas redondas y conferencias magistrales, el EZLN invitará a organizador@s sociales, pensador@s, y a dirigent@s de proyectos anticapitalistas de México y el Mundo.  La lista de invitados será dada a conocer posteriormente.

 

            6.- Más detalles de cómo pensamos que será este festival de la digna rabia serán dados a conocer en su oportunidad (o sea, cuando tengamos una idea aproximada del problema en que nos/l@s estamos metiendo).

 

Es todo por ahora.

 

¡LIBERTAD Y JUSTICIA PARA ATENCO!

 

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

Por el Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

 

 

Subcomandante Insurgente Marcos.

México, Septiembre del 2008.

 

Written by 666redux

noviembre 30, 2008 at 12:56 am

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¿Crisis económica? ¿Cuál crisis?

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Todo lo que usted quiere saber sobre el origen de esta crisis pero teme no entenderlo

Walden Bello

 

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Muchos en Wall Street todavía están digiriendo los acontecimientos epocales de las últimas semanas:

* Entre 1 y 3 billones de dólares de activos financieros evaporados.

* Wall Street, nacionalizado, con la Reserva Federal y el Departamento del Tesoro tomando todas las decisiones estratégicas importantes en el sector financiero, y a todo eso, con un gobierno que, tras el rescate de AIG, pasa a dirigir la mayor compañía aseguradora del mundo.

* El mayor rescate desde la gran depresión, con 700 mil millones de dólares reunidos a la desesperada para salvar al sistema financiero global.

Las explicaciones habituales ya no bastan. Los acontecimientos extraordinarios precisan de explicaciones extraordinarias. Pero antes…

 

¿Ya pasó lo peor?

No, si algo ha quedado claro con los movimientos contradictorios de estas semanas en que, al tiempo que se permitía la quiebra de Lehman Brothers, se nacionalizaba AIG y se fraguaba la toma de control de Merril Lynch por el Bank of America, es que no hay una estrategia para afrontar la crisis; a lo sumo, respuestas tácticas, como bomberos que se pisan la manguera, abrumados por la magnitud del incendio.

El rescate de 700 mil millones de dólares de las obligaciones hipotecariamente respaldadas en poder de los bancos no es una estrategia, sino, básicamente, un esfuerzo a la desesperada para restaurar la confianza en el sistema, para prevenir la erosión de la fe en los bancos y en otras instituciones financieras y para evitar una afluencia masiva de retirada de fondos de los bancos como la que desencadenó la Gran Depresión de 1929.

 

¿Qué causó el colapso del centro neurálgico del

capitalismo global? ¿Fue la codicia?

La vieja y venerada codicia jugó su parte. A eso se refería Klaus Schwab, el organizador del Foro Económico Mundial, el jamboree de la elite global celebrado anualmente en los Alpes suizos, cuando dijo a su clientela en Davos este año: «Tenemos que pagar por los pecados del pasado».

 

¿Fue el de Wall Street un caso de alguacil alguacilado?

 Desde luego. Los especuladores financieros rizaron el rizo hasta confundirse ellos mismos con la creación de contratos financieros más y más complejos, como los derivados, tratando de ganar dinero a partir de todo tipo de riesgos (incluidos exóticos instrumentos de futuros, como los credits default swaps o contratos de protección de derivados crediticios, que permitían a los inversores apostar, por ejemplo, a que los prestatarios de la propia corporación bancaria ¡no serían capaces de devolver su deuda! Tal es el comercio multibillonario no-regulado que acabó tumbando a AIG.

El 17 de diciembre de 2005, cuando la International Financing Review (IFR) anunció sus premios anuales del año –uno de los programas de premios más prestigioso del sector—, dejó esto dicho:

«Lehman Brothers no sólo mantuvo su presencia global en el mercado, sino que dirigió la penetración en el espacio de preferencia… desarrollando nuevos productos y diseñando transacciones capaces de subvenir a las necesidades de los prestatarios… Lehman Brothers es el más innovador en el espacio de preferencia precisamente por hacer cosas que no pueden verse en ningún otro sitio.»

Huelgan comentarios.

 

¿Fue falta de regulación?

Sí. Todo el mundo reconoce ahora que la capacidad de Wall Street para innovar y excogitar instrumentos financieros más y más sofisticados ha ido mucho más allá de la capacidad regulatoria del Estado, y no porque el Estado no fuera capaz de regular, sino porque la actitud neoliberal, de laissez-faire, imperante impidió al Estado diseñar mecanismos efectivos de regulación.

 

 

 

Pero ¿no hay nada más? ¿No hay nada sistémico?

Bien, Georges Soros, que lo vio venir, dice que lo que estamos pasando es la crisis del sistema financiero, la crisis del «gigantesco sistema circulatorio» de un «sistema capitalista global… que está reventando por las costuras».

Para seguir con la idea del archiespeculador, a lo que estamos asistiendo es a la intensificación de una de las crisis o contradicciones centrales del capitalismo global, cual es la crisis de sobreproducción, también conocida como sobreacumulación o sobrecapacidad.

Se trata de la tendencia del capitalismo a construir una ingente capacidad productiva que termina por rebasar la capacidad de consumo de la población debido a las desigualdades que limitan el poder de compra popular, lo cual termina por erosionar las tasas de beneficio.

Pero, ¿qué tiene que ver la crisis de sobreproducción con los acontecimientos recientes?

 Muchísimo. Pero, para entender la conexión, tenemos que retrotraernos a la llamada Época Dorada del capitalism contemporáneo, al período comprendido entre 1945 y 1975.

Fue un período de rápido crecimiento, tanto en las economías del centro como en las subdesarrolladas, un crecimiento propulsado, en parte, por la masiva reconstrucción de Europa y del Este asiático tras la devastación de la II Guerra Mundial, y en parte, por la nueva configuración socio-económica institucionalizada bajo el nuevo estado keynesiano. Un aspecto clave de esta última fueron los severos controles estatales de la actividad de mercado, el uso agresivo de políticas fiscales y monetarias para minimizar la inflación y la recesión, así como un régimen de salarios relativamente altos para estimular y mantener la demanda.

 

¿Qué pasó, pues?

Bien, este período de elevado crecimiento terminó a mediados de los 70, cuando las economías del centro se vieron inmersas en la estanflación, es decir, en la coexistencia de un bajo crecimiento con una inflación alta, lo que la teoría económica neoclásica suponía imposible.

Sin embargo, la estanflación no era sino el síntoma de una causa más profunda, a saber: la reconstrucción de Alemania y del Japón, así como el rápido crecimiento de economías en vías de industrialización, como Brasil, Taiwán y Corea del Sur, añadió una enorme capacidad productiva e incrementó la competición global, mientras que la desigualdad social, dentro de cada país, y entre países, limitó globalmente el incremento del poder adquisitivo y de la demanda, resultando así erosionada la tasa de beneficio. La drástica subida del precio del petróleo en los setenta no hizo sino agravar la cosa.

 

¿Cómo trató de resolver el capitalismo la crisis de sobreproducción?

El capital ensayó tres vías de salida del atolladero de la sobreproducción: la reestructuración neoliberal, la globalización y la financiarización.

 

¿En qué consistió la reestructuración neoliberal?

La reestructuración neoliberal tomó la forma del reaganismo y del thatcherismo en el Norte y del ajuste estructural en el Sur. El objetivo era la revigorización de la acumulación de capital, lo que se consiguió: 1) removiendo las restricciones estatales al crecimiento, al uso y a los flujos de capital y de riqueza; y 2) redistribuyendo el ingreso de las clases pobres y medias a los ricos, de acuerdo con la teoría de que se motivaría así a los ricos para invertir y alimentar el crecimiento económico.

El problema de esa fórmula era que, al redistribuir el ingreso en favor de los ricos, estrangulaba el ingreso de los pobres y de las clases medias, lo que provocaba la restricción de la demanda, sin necesariamente inducir a los ricos a invertir más en producción.

De hecho, la reestructuración neoliberal, que se generalizó en el Norte y en el Sur a lo largo de los años ochenta y noventa, tuvo unos pobres registros en términos de crecimiento: el crecimiento global promedio fue de un 1,1% en los 90 y de un 1,4 en los 80, mientras que el promedio en los 60 y en los 70, cuando las políticas intervencionistas eran dominantes, fue, respectivamente, de un 3,5% y de un 2,54%. La reestructuración neoliberal no pudo terminar con la estanflación.

 

¿En qué medida la globalización fue una respuesta a la crisis?

La segunda vía de escape global ensayada por el capital para enfrentarse a la estanflación fue la «acumulación extensiva» o globalización, es decir, la rápida integración de las zonas semicapitalistas, no-capitalistas y precapitalistas a la economía global de mercado. Rosa Luxemburgo, la celebrada economista y revolucionaria alemana, se percató de este mecanismo hace mucho tiempo, viéndolo como un mecanismo necesario para restaurar la tasa de beneficio en las economías metropolitanas. ¿Cómo? Ganando acceso al trabajo barato; ganando mercados, aun si limitados, nuevos; ganando nuevas fuentes de productos agrícolas y de materia primas baratos; y creando nuevas áreas para inversión en infraestructura. La integración se produce a través de la liberalización del comercio, removiendo los obstáculos a la movilidad del capital y aboliendo las fronteras para la inversión exterior.

China, ni que decir tiene, es el caso más destacado de un área no-capitalista integrada en la economía capitalista global en los últimos 25 años.

Para contrarrestar sus declinantes beneficios, un considerable número de corporaciones empresariales situadas entre las primeras 500 del ranquin de la revista Fortune han trasladado una parte significativa de sus operaciones a China, a fin de aprovechar las ventajas del llamado «precio chino» (las ventajas de costes derivadas de un trabajo barato chino aparentemente inagotable). A mediados de la primera década del siglo XXI, entre el 40 y el 50 por ciento de los beneficios de las corporaciones estadounidenses dimanaban de sus operaciones y ventas en el exterior, y señaladamente, en China.

 

¿Por qué la globalización no pudo superar la crisis?

El problema con esta vía de salida del estancamiento es que exacerba el problema de la sobreproducción, porque añade capacidad productiva. La China de los últimos 25 años ha venido a añadir un volumen tremendo de capacidad manufacturera, lo que ha tenido por efecto deprimir los precios y los beneficios. No por casualidad, los beneficios de las corporaciones estadounidenses dejaron de crecer hacia 1997- De acuerdo con un índice estadístico, las tasas de beneficios de las 500 de Fortune pasó de 7,15 en 1960-69 a 5,30 en 1980-90, a 2,29 en 1990-99 y a 1,32 n 2000-2002.

Dadas las limitadas ganancias obtenidas en punto a contener el impacto depresivo de la sobreproducción, ya a través de la reestructuración neoliberal, ya con la globalización, la tecera vía de salida resultó vital para mantener y elevar la rentabilidad. La tecera vía es la financiarización.

En el mundo ideal de la teoría económica neoclásica, el sistema financiero es el mecanismo, merced al cual los ahorradores, o quienes se hallan en posesión de fondos excedentes, se juntan con los empresarios que tienen necesidad de sus fondos para invertir en producción. En el mundo real del capitalismo tardío, con la inversión en industria y en agricultura arrojando magros beneficios por causa de la sobreproducción, grandes cantidades de fondos excedentes circulan y son invertidas y reinvertidas en el sector financiero. Es decir, el sistema financiero gira sobre sí mismo.

El resultado es que se ensancha el hiato abierto entre una economía financiera hiperactiva y una economía real en estancamiento. Como bien observa  un ejecutivo financiero: «ha habido una creciente desconexión entre la economía real y la economía financiera en estos últimos años. La economía real ha crecido, pero nada comparable a la economía financiera… hasta que estalló».

Lo que no nos dice este observador es que la desconexión entre la economía real y la economía financiera no es accidental: que la economía financiera se disparó precisamente para hacer frente al estancamiento dimanante de la sobreproducción de la economía real.

 

¿Cuáles fueron los problemas de la financiarización como vía de salida?

El problema de invertir en operaciones del sector financiero es que equivale a exprimir valor de valor ya creado. Puede crear beneficios, de acuerdo, pero no crea nuevo valor –sólo la industria, la agricultura, el comercio y los servicios crean valor nuevo—. Puesto que los beneficios no se basan en la creación de valor nuevo o añadido, las operaciones de inversión resultan extremadamente volátiles, y los pecios de las acciones, las obligaciones y otras formas de inversión pueden llegar a divergir radicalmente de su valor real: por ejemplo, las acciones en empresas incipientes de Internet, que se mantuvieron por un tiempo al alza, sostenidas principalmente por valoraciones financieras en espiral, para luego desplomarse. Los beneficios dependen, entonces, del aprovechamiento de las ventajas orecidas por movimientos de precios que divergen al alza del valor de las mercancías, para vender oportunamente antes de que la realidad fuerce la «corrección» a la baja para ajustarse a los valores reales. El alza radical de los precios de un activo, mucho más allá de los valores reales, es lo que se llama la formación de una burbuja.

 

¿Por qué la financiarización es tan volátil?

Con la rentabilidad dependiendo de golpes especulativos, no resulta sorprendente que el sector financiero vaya de burbuja en burbuja, o de una manía especulativa a otra.

Puesto que está sostenido por una manía especulativa, el capitalismo inducido financieramente no ha dejado de batir registros en materia de crisis financieras desde que los mercados de capitales fueron desregulados y liberalizados en los 80.

Antes de la actual debacle de Wall Street, las más explosivas fueron la crisis financiera mexicana de 1994-95, la crisis financiera asiática de 1997-1998, la crisis financiera rusa de 1996, el colapso del mercado de valores de Wall Street de 2001 y el colapso financiero argentino de 2002.

El antiguo secretario del Tesoro con Bill Clinton, un hombre de Wall Street –Rober Rubin—, predijo hace cinco años que «las crisis financieras futuras serán con casi toda seguridad inevitables, y podrían llegar a ser hasta peores.»

 

¿Cómo se forman, crecen y estallan las burbujas?

 Sirvámonos, a modo de ejemplo, de la crisis financiera asiática de 1997-98.

* Primero: balanza de pagos y liberalización financiera impuestas por el FMI y el Departamento noteamericano del Tesoro.

* Luego, entrada de fondos extranjeros en busca de rápida y elevada rentabilidad, lo que significa que entraron en el Mercado inmobiliario y en el Mercado de valores.

* Sobreinversión, lo que llevó al desplome de los precios en el Mercado de valores y en el Mercado inmobiliario, lo que, a su vez, condujo al pánico y a la coinsiguiente retiada de fondos: en 1997, en unas pocas semanas 100 mil millones de dólares abandonaron las economías del este asiático.

* Rescate de los especuladores extranjeros por parte del FMI.

* Colapso de la economía real: la recesión se extiende por todo el Este asiático en 1998.

* A pesar de la desestabilización a gran escala, todos los intentos realizados para imponer  regulaciones nacionales o globales del sistema financiero fueron rechazadas con razones puramente ideológicas.

 

Volvamos a la presente burbuja. ¿Cómo se formó?

El actual colapso de Wall Street arraiga en la burbuja tecnológica de fines de los 90, cuando el precio de las acciones de las empresas incipientes en el mundo de Internet se disparó, para luego desplomarse, resultando todo ello en la pérdida de activos por valor de 7 billones de dólares y en la recesión de 2001-2002.

Las laxas políticas monetarias de la Rerserva Federal bajo Alan Greenspan estimularon la burbuja tecnológica, y cuando está colapsó dando paso a la recesión, Greenspan, tratando de prevenir una recesión duradera, rebajó en junio de 2003 los tipos de interés a un nivel sin precedentes en 45 años (al 1%), manteniéndolo en ese nivel durante más de un año. Con eso lo que consiguió fue estimular la formación de otra burbuja: la burbuja inmobiliaria.

En fecha tan temprana como 2002, economistas como Dean Baker, del Center for Economic Policy Research, alertaron sobre la formación de una burbuja inmobiliaria. Sin embargo, en fecha tan tardía como 2005 el entonces presidente del Consejo Económico de asesores de la Presidencia de la nación y actual presidente de la Reserva Federal, Bern Bernanke, atribuía el incremento de los precios de la vivienda en EEUU a «unos fundamentos económicos robustos», y no a la actividad especulativa. ¿A quién puede sorprender que el estallido de la crisis subprime en verano de 2007 pillara a este hombrecito con la guardia totalmente baja?

 

¿Y cómo creció?

Oigámoslo de boca de uno de los propios jugadores clave en los mercados, de George Soros: «Las instituciones hipotecarias animaron a los hipotecados a refinanciar sus hipotecas aprovechando la revalorización experimentada entretanto por sus casas. Rebajaron sus criterios de préstamo e introdujeron nuevos productos, como hipotecas a interés variable, hipotecas que ‘sólo servían intereses’ y ‘ofertas promocionales’ con tipos de interés para partirse de risa. Todo eso animó a especular con la vivienda. Los precios de las casas comenzaron a subir a un ritmo de dos dígitos. Eso sirvió para retroalimentar la especulación, y el alza de los precios inmobiliarios consiguió que los propietarios de casas se sintieran ricos; el resultado fue el boom consumista que ha sostenido a la economía estos últimos años.»

Observando las cosas más de cerca, se ve que la crisis hipotecaria no resultó de una oferta superior a la demanda real. La «demanda» estaba, por mucho, fabricada por la manía especulativa de promotores y financieros empeñados en conseguir grandes beneficios a partir de su acceso al dinero foráneo que inundó a los EEUU de la última década. Ingentes volúmenes hipotecarios fueron agresivamente ofrecidos y vendidos a millones de personas que, normalmente, no habrían podido permitírselo ofreciéndoles unos tipos de interés ridículamente bajos, ulteriormente ajustables para sacar más dinero de los propietarios de casas.

 

¿Pero cómo pudieron las hipotecas subprime degenerar en un problema de tales dimensiones?

Porque los activos pasaron entonces a ser «segurizados»: quienes habían generado las hipotecas, procedieron a amalgamarlas con otros activos en complejos productos derivados llamados «obligaciones de deuda colateralizada» (CDO, por sus siglas en inglés), lo cual resultó relativamente fácil dado que trabajaban con diversos tipos de intermediarios que, sabedores del riesgo, se deshacían de esos títulos de valores lo más rápidamente posible, pasándolos a otros bancos e inversores institucionales. Esas instituciones, a su vez, se deshacían del producto, pasándolo a otros bancos y a instituciones financieras foráneas.

Cuando aumentaron los tipos de interés de los préstamos subprime, de las hipotecas variables y de otros préstamos inmobiliarios, el juego tocó a su fin. Hay cerca de 6 millones de hipotecas subprime, el  40% de las cuales entrarán en impago en los próximos dos años, según estimaciones de Soros.

A los que hay que añadir otros 5 millones de impagos en los próximos 7 años, derivados de los tipos hipotecarios variables y de otros «préstamos flexibles». Pero los títulos, cuyo valor se cuenta por billones de dólares, ya se han infiltrado como un virus en el sistema financiero global. El gigantesco sistema circulatorio del capitalismo global ha sido fatalmente infectado.

 

¿Pero cómo pudieron los titanes de Wall Street desplomarse como un castillo de naipes?

Lo que ocurrió con Lehman Brothers, Merrill Lynch, Fannie Mae, Freddie Mac y Bear Stearns fue, simplemente, que las pérdidas representadas por esos títulos tóxicos rebasaban por mucho sus reservas, lo que condujo a su caída. Y más caerán, probablemente, cuando sus libros de contabilidad, que en los que ahora esos títulos figuran en el Haber, se corrijan para reflejar el actual valor de esos activos.

Y muchos otros les seguirán, a medida que vayan quedando expuestas otras operaciones especulativas, como las centradas en las tarjetas de crédito y en las diferentes variedades de seguros contra riesgos. AIG cayó por causa de su gigantesca exposición en el área no-regulada de los contratos de protección crediticia derivada (credit default swaps), unos derivados financieros que permitían a los inversores apostar dinero a la posibilidad de que las empresas no pudieran devolver los préstamos.  

Tales apuestas sobre impagos crediticios representan ahora un mercado de 45 billones de dólares, un mercado, como dicho, que carece de toda regulación. La ciclópea dimensión de los activos que podrían quedar dañados en caso de que AIG colapsara fue lo que movió a Washington a cambiar de idea e intervenir para rescatarlo, luego de haber dejado caer a Lehman Brothers.

 

¿Qué pasará ahora?

 Puede decirse sin avilantez que habrá más bancarrotas y más nacionalizaciones e intervenciones públicas, desempeñando las instituciones y los bancos extranjeros un papel auxiliar del gobierno de los EEUU. Que el colapso de Wall Street irá a más y prolongará la recesión norteamericana. Y que la recesión en EEUU se comunicará a Asia y al resto del mundo, que sufrirá también una recesión, si no algo peor. La razón de esto último es que el principal mercado exterior de China son los EEUU y que China, a su vez, importa materias primas y bienes intermedios –de los que se sirve para sus exportaciones a los EEUU— de Japón, Corea y el Sudeste asiático. La globalización ha hecho imposible el «desacoplamiento». Los EEUU, China y el Este asiático andan ahora como tres prisioneros atados a una misma cadena.

¿Y en suma?

 El desplome de Wall Street no sólo se debe a la codicia y a la falta de regulación estatal de un sector hiperactivo. El colapso de Wall Street hunde sus raíces en la crisis de sobreproducción que ha sido la plaga del capitalismo global desde mediados de los 70.

La financiarización de la inversión ha sido una de las vías de escape para salir del estancamiento, siendo las otras dos la reestructuración neoliberal y la globalización. Habiendo resultado de poco alivio la reestructuración neoliberal y la globalización, la financiarización pareció atractiva como mecanismo de restauración de la rentabilidad. Pero lo que ahora ha quedado demostrado es que la financiarización es una senda peligrosa que lleva a la formación de burbujas especulativas, capaces de ofrecer una efímera prosperidad a unos cuantos, pero que terminan en el colapso empresarial y en la recesión de la economía real.

Las cuestiones clave son éstas: ¿Cuán profunda y duradera será esta recesión? ¿Necesitará la economía de los EEUU generar otra burbuja especulativa para salir de esta recesión? Y si tal es el caso, ¿dónde se formará la siguiente burbuja? Algunos dicen que la próxima surgirá en el complejo militar-industrial o en el «capitalismo del desastre» sobre el que escribe Naomi Klein. Pero eso es harina de otro costal.

 

Written by 666redux

noviembre 30, 2008 at 12:24 am

¿Qué más da?

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Les aviso que ya vamos terminando con la manufactura del zine. En un par de semanas  aprox.  Estaremos anunciando por fin su salida.

 

Hace un rato  platicaba con los diseñadores algunas anécdotas rabiosas sobre impresores ebrios y rijosos,  de los múltiples problemas que acarrea la incomprensión entre los gremios editoriales (diseñadores vs. impresores, traductores vs. autores, autores vs. correctores de estilo).  Es un viejo asunto ese de “los gremios” y no se muy bien como abordarlo, creo  no se trata de los razonables limites que la técnica y los saberes artesanales imponen contra la libertad creativa ¿se trata tan solo de un desencuentro o de una profunda incomprensión? siempre he pensado que hay algo más.

 

Cuando el Zine haya salido habremos cerrado una etapa del 666. Pasado el tiempo podremos dar cuenta de las constantes batallas para sacar  el zine: de los diseñadores que huyeron hartos de todo y de los amigos que se fueron también. Mientras tanto diré que la portada corrió a cargo de Os Gemeos, reconocidos artistas de la lata y el cepillo, brasileños para mas señales, muy conocidos en el mundo de las artes de calle y persecución policial, poco mas puedo decir de ello, Miriam escogió la imagen –nos preguntamos  el por que de su decisión- nos dio a pensar algunas cosas: aquí van algunas de ellas, nos gustó antes que nada el gesto melancólico con el que el personaje observa (un monstruo sin duda, una especie de Polifemo de dos ojos), el naufragio de quienes intentan acercarse, algunos para investigarlo otros para ayudarle, todos para saquearlo. Mientras él solo en su isla, nada puede hacer para remediar su solitud, su incomprensión también, atrapado por la barca que habita en su cuello es incapaz de lanzarse al mar, sabe muy bien que al flotar  perecerá asfixiado por la barca…o algo así, ya comprenderán cuando vean la imagen modificada.

 

 Para nosotros es una imagen bella, una tentativa sobre Latinoamérica: ese naufragio ingobernado, ese continente bromista, ese infierno nuestro de cada día…Latinoamérica es nuestra, utopía que camina y habla pero que no avanza…al menos no sabemos bien a donde va… ¿A dónde? A ningún lado.

 

 No quiero sonar pesimista sin embargo, Latinoamérica es nuestra isla suspendida ligeramente sobre las aguas del mundo, observamos todo desde algún lugar del aire, sorprendidos que la caída  anunciada  no haya tenido lugar…aún.

 

 También les comento que el número contendrá varias entrevistas, la de Filo es la que mas disfrute, me lo encontré en un campamento en Michoacán, personaje brillante, culto y sin embargo atravesado por las bondades de la educación autodidacta, su formación intelectual es impulsada por la fuerza de sus obsesiones (como todos ¿no lo creen?): la construcción de cultura indígena contemporánea, la (re) construcción de lo sagrado en lugares inhóspitos. Mostraremos  en el sitio del 666 (http://666ismocritico.wordpress.com/)  un fragmento de un video grabado durante el paso de la otra campaña por la sierra de puebla  donde se podrá ver al filo travestido, habitando otros cuerpos, otras historias, mientras que el subcomandante marcos observa y anota en silencio sus impresiones…ya lo verán.

Adieu!

Inti.

pd.

No se les olvide que el zine vendrá acompañado por una audio-compilación  de bandas latinoamericanas de los años sesentas y setentas (sicodélia y garage), el  diseño de la caja estuvo a cargo de Smeck del  colectivo Arte Jaguar de Oaxaca…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Written by 666redux

agosto 18, 2008 at 12:48 am

Publicado en diariu

¡Es la economía estupido!

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 Hola,

En el edificio donde paso los días, viven otras siete familias, de las cuales cuatro tienen deudas por el uso de diversas tarjetas de crédito. Más de la mitad, usan las tarjetas para comprar ropa, estéreos, el indispensable refrigerador, y En algunos casos solo alcanzaron a comprar un comedor. Aún así su deuda se ha incrementado mas de diez veces en menos de tres años, la mayoría de ellos no saben que hacer y no están muy interesados en saldar su deuda, y lo que pareciera ser peor la están dejando crecer, de cualquier manera piensan, es dinero basura lo que se les esta cobrando ¿dinero basura, que es eso? ha…ejem, ni yo mismo podría explicarlo. Por eso, por la serie de perplejidades que genera el discurso económico he decidido abrir una sección dedicada al análisis crítico de la economía (política). Resulta increíble constatar que,  a tres lustros de la crisis económica  de 1995 que trajo la ruina a miles de familias y tras el rescate bancario por parte del estado mexicano  en 1997 en la actualidad casi un 16 % de los usuarios mexicanos se encuentre con cartera vencida otra vez. El sistema capitalista mundial no funciona, nos encaminamos de nuevo a una recesión económica. Esta claro que los opinólogos del mundo (esos sabelotodo) siguen engañando con su cháchara del libre mercado, siempre envolviéndonos con ridículos argumentos, ridículos  por ser descaradamente falsos…. ¡en fin!  Reproducimos un articulo publicado recientemente en el sitio de Sin Permiso (http://www.sinpermiso.info ) en donde se explica de manera menos confusa y mas amena la actual crisis del sector financiero gringo, chequen la nota final del traductor (Ricardo Timón) ya que aclara bastante la peculia ridad del sistema de cobro hispanoamericano.  El autor del articulo es Michael Hudson, economista, autor de superimperialism: the economic Strategy of American Empire.

Adieu!

Inti

 

Pd.

Pienso alimentar el blog todos los miércoles, ya iré comentando las razones de la cita, aquello que Blanchot llamó el comunismo de la escritura.

 

 

 

 

Freddie Mac, Fannie Mae, la teoría económica basura y la centralidad política de los mercados hipotecarios

Michael Hudson

  

 

 

«La guerra de clases ha reingresado en el mundo de los negocios, pero con una venganza: en vez de ser la habitual guerra de clases al viejo estilo entre los empresarios industriales y su fuerza de trabajo, ésta de ahora regresa a los viejos tiempos preindustriales; es una guerra de clases entre acreedores y deudores»

 

Estoy escribiendo este artículo sobre Fannie Mae y Freddie Mac sentado en el jardín botánico de Queens. No era mi plan para hoy. El aire acondicionado de la finca en que está mi apartamento se rompió hace seis semanas y todavía no ha sido arreglado. (Es un lindo edificio en condominio, pero no está a salvo de incidentes.) Hace un calor tremendo fuera (más de 90 grados Farenheit, y cerca de 100 por causa del efecto invernadero en mi apartamento). Ayer me refugié en la Biblioteca Pública de Forest Hills, pero está cerrada los domingos. Una de las pocas bibliotecas al alcance del transporte público habitualmente abierta los domingos está en Flushing. Fui, pues, allí a escribir el borrador final del texto sobre el alboroto financiero de la semana pasada.

 

Desgraciadamente, cuando llegué a la biblioteca de Flushing, una dama me aclaró que la biblioteca ya no puede abrir los domingos a causa de los recortes presupuestarios de la ciudad. A pico del mediodía, cuando se supone que tenía que abrir sus puertas, un buen número de chinos aguardaba para entrar con la idea de usar sus libros y servirse de sus terminales de ordenadores. No había ningún cartel explicando la situación en chino, y seguían esperando allí cuando yo me fui, Main Street abajo, para el jardín botánico.

 

A primera vista, nada de eso parece tener mucho que ver con el alboroto de los últimos días en torno al destino de Fannie Mae y Freddie Mac, o con el de los mercados inmobiliarios que esas dos empresas han contribuido a hinchar durante la pasada década. Pero lo cierto es que mi experiencia de hoy tiene absolutamente que ver con este asunto. Estas dos empresas semipúblicas de empaquetamiento hipotecario dominan el mercado hipotecario nacional y han sostenido los precios inmobiliarios manejando más de 5 billones de dólares, a fin de permitir a los compradores de vivienda ofrecer precios cada vez más altos por sus hogares y ganando miles de millones de dólares en bonificaciones, beneficios e intereses para los banqueros, los intermediarios hipotecarios y los empaquetadores de deuda de Wall Street, que son los beneficiarios financieros de la burbuja inmobiliaria.

 

Y esto es lo que está realmente en juego. Si ciudades como Nueva York no recortaran los servicios públicos, tendrían que hacer lo que tradicionalmente han hecho casi todas las ciudades y municipios norteamericanos: financiar el grueso de su presupuesto público con impuestos a la propiedad. Pero hacer eso en los mercados de nuestros días dejaría a los propietarios de vivienda –así como a los propietarios de edificios comerciales— con menos renta para pagar sus hipotecas. Ya este año, más de un millón de deudores han dejado de pagar la hipoteca de sus viviendas, y hay ahora mismo un número de morosos lo suficientemente grande como para que el secretario del tesoro, Paulson, se haya visto en la necesidad de advertir que dos millones de impagos hipotecarios para 2008 es tal vez una cifra demasiado baja.

 

Así pues, los cuernos del dilema son éstos: si las ciudades quieren mantener su habitual nivel de servicios públicos, tienen que gravar fiscalmente la propiedad con los tipos impositivos tradicionales; pero eso significaría el descenso de los precios de las viviendas. El dinero que se va en impuestos no estaría disponible para pagar a los banqueros para capitalizar en pagos de intereses sobre unos préstamos hipotecarios para pagar casas de precios cada vez más elevados. Puestos a elegir entre una vivienda más accesible y mejores servicios públicos, por un lado, o, por el otro, «creación de riqueza» en forma de vivienda cada vez más cara (que va de la mano de costes financieros más elevados), los norteamericanos han votado abrumadoramente por la última opción, es decir, por una vivienda de precios tan elevados que obliga a los compradores a sumergirse en más deudas para pagar a los banqueros.

 

A mí esto me parece una locura, pero yo soy un economista y los economistas, como es harto sabido, somos incapaces de explicar por qué la gente vota contra lo que a todas luces parece su propio interés. En cualquier caso, esa aparente locura es lo que anduvo de por medio la pasada semana  en el desplome de los precios de las acciones de Fannie Mae y Freddie Mac. Uno tras otro, los políticos han salido por televisión pontificando sobre la necesidad de mantener los precios inmobiliarios a precios estratosféricamente inaccesibles, y no sobre la necesidad de bajarlos a niveles de mayor accesibilidad. Nadie ha mencionado la opción de ciudades y estados capaces de evitar los recortes en los servicios públicos por la vía de la fiscalidad sobre la propiedad inmobiliaria –señaladamente, sobre el valor de su emplazamiento—, que se ha disparado desde el año 2000. Nadie ha planteado la posibilidad de una economía en la que los precios de la vivienda fueran más bajos y en la que la deuda hipotecaria fuera menor. De lo único que supieron hablar es de la necesidad de mantener el valor de los bonos y de las hipotecas empaquetadas, cuyos títulos están en manos de las instituciones financieras.  Esos son los títulos de valores en manos del 10%  más rico de la población. Su forma habitual es la del préstamo, que endeuda al 90% restante. Puede que la economía en su conjunto no tenga ahorro neto, pero esta cúspide del 10% más rico ahorra en forma de préstamos al 90% de la población que está en la base. Y no quiere de ningún modo que el valor de esos préstamos caiga.

 

Que hubiera rebajas en el valor de la deuda y que bajaran los precios de la vivienda sería una cosa buena para casi toda la economía; pero ambas cosas son anatema en Wall Street. [El banco] Bear Sterns se desplomó ya por causa de su modelo empresarial basado en el empaquetamiento de hipotecas basura, y la semana pasada parecía que Lehman Brothers iba por el mismo camino. A mí me resulta asombroso que la campaña electoral en curso no se libre sobre este asunto; será por eso que sigo todavía en el campo de Dennis Kucinich.

 

La cuestión política

 

Para millones de propietarios de casas que ven cómo el precio de su vivienda cae por debajo del valor de la deuda hipotecaria que tienen contraída, la cuestión es si pagar o desentenderse de la deuda. Muchos ni siquiera tienen elección. Están sujetos a tipos de interés variable que se van actualizando al alza y exigen amortizaciones muy superiores a lo que el deudor es capaz de pagar.

 

La avalancha de impagos amenaza a las instituciones financieras que tienen títulos hipotecarios sobre esas propiedades, y la amenaza trepa por la pirámide económica hasta alcanzar a los inversores ricos y a los acreedores en la cúspide. Alguien tiene que salir perdiendo. Pero ¿quién? ¿El pez grande, o el pequeño?

 

Para los legisladores, hay dos respuestas políticas posibles. La primera, la más lógica, sería rebajar la deuda mala a niveles tales, que pueda ser devuelta. Esa rebaja estaría en línea con la orientación de la legislación desde el siglo XIII, que ha venido inveteradamente favoreciendo más al deudor que al acreedor. Después de todo, las leyes de bancarrota han venido a substituir al encarcelamiento de los deudores, permitiendo a éstos un nuevo comienzo. Las leyes de veracidad en el préstamo, las leyes antiusura, y similares, han tratado de acompasar lo que la gente gana y lo que puede permitirse pagar por la vivienda o por otras deudas. Ese tipo de acompasamiento es lo que vendrían a restaurar medidas que rebajaran la deuda mala o, dicho de otro modo, que rebajaran el valor de los préstamos malos.

 

No es, empero, la vía que está siguiendo el Congreso. En vez de acompasar las deudas a la capacidad para pagarlas, los comités del Congreso encargados de la actividad bancaria y de la propiedad inmobiliaria lo que están es tratando de hallar un vía para reinflar los precios inmobiliarios. Lo que buscan es capacitar a los actuales deudores hipotecarios que han dejado de pagar, o que están a pique de hacerlo, para que puedan o vender o pedir dinero prestado en condiciones más fáciles a la Federal Housing Administration (la Administración Federal de la Vivienda, FHA, por sus siglas en inglés). Eso dejaría en manos de agencias estatales públicas, y ya no en las de Wall Street, las hipotecas basura. Daría seguridades, no a los propietarios de viviendas y a los deudores hipotecarios, sino a los prestamistas y especuladores que ahora tienen títulos por valor de 5 billones de dólares sobre hipotecas garantizadas por la Federal National Mortage Association (la Asociación federal hipotecaria nacional, FNMA, «Fannie Mae») y por la Federal Home Loan Mortage Corp. (Corporación federal para el préstamo hipotecario, «Freddie Mac»), así como por las compañías de seguro contra la morosidad y el impago, que se hallan ellas mismas en apuros y cuyos pagarés han terminado por adquirir ellos mismos también el rango de basura.

 

¿Por qué, después de todo, pagar un seguro contra el impago hipotecario, si las reservas de los aseguradores son ínfimas en comparación con el probable volumen de los impagados?  Las compañías aseguradoras monoline (empresas, cuyo único negocio consiste en suscribir seguros contra impagos) hicieron dinero con las suscripciones de pólizas, no pagando. Sus ejecutivos ya han cogido el dinero y huido. Sin embargo, los corazones de los congresistas sangran por la herida de sus riquísimos clientes financieros, no por las víctimas del fraude financiero de las hipotecas subprime y del fraude, conexo, de Wall Street, consistente en empaquetar hipotecas basura y venderlas a inversores institucionales aquí y en el extranjero.

 

La cuestión es: ¿cómo puede sobrevivir una economía con millones de propietarios de vivienda en situación de impago y con una riqueza propietaria polarizada entre acreedores y deudores? Eso es lo que hundió al mundo en la depresión de los años 30, y mucho antes, redujo al Imperio romano a la esclavitud y a la servidumbre por deudas.

 

¿Es eso lo que está ocurriendo otra vez ahora? ¿O pueden acaso volver las cosas simplemente a la normalidad y pagarse las deudas pidiendo más dinero prestado e incurriendo en más deudas, en un proceso que se conoce como la «magia del interés compuesto»?

 

El Congreso dominado por el Partido Demócrata, favorable a que las familias norteamericanas paguen precios más altos por la vivienda

 

Los cabezas del comité del Congreso para asuntos bancarios se están comportando simplemente como se comportan los políticos tradicionales: dando la primacía a los principales contribuyentes a sus propias campañas electorales, casi todos de los sectores financiero e inmobiliario. Dirigido por los senadores demócratas Charles Schumer –procedente de Wall Street—  y Christopher Dodd –procedente de la industria militar de Conneticut— y sostenido por el congresista Barney Frank –del sector inmobiliario—, el Congreso está tratando de salvar a los patrocinadores de la burbuja, no a sus víctimas. El plan consiste en reinflar la burbuja inmobiliaria, al menos hasta que los mayores bancos y otros especuladores financieros consigan deshacerse de sus títulos más arriesgados.  Los valores hipotecarios que figuran en los libros de contabilidad, como los bienes raíces que los respaldan, son puramente ficticios, a pesar de las calificaciones máximas (AAA) con que los han blanqueado las agencias calificadoras, las cuales están ahora a su vez bajo investigación, sospechosas de un fatal conflicto de intereses –tipo Arthur Anderson— entre sus ramas de investigación y sus ramas de ventas.

 

Tratando como tratan con bienes raíces y, por lo mismo, con la política urbana local, sede del grueso del valor de la propiedad –y del grueso del maniobreo—, Fannie Mae y y Freddie Mac son, y por mucho, criaturas del Partido Demócrata. James A. Johnson dirigió Fannie durante casi toda la década de los 90 y fue su principal lobista. Hasta junio pasado, dirigió el equipo de investigación vicepresidencial de Barack Obama, pero dimitió cuando se hizo público que había obtenido préstamos hipotecarios en términos irrealistamente favorables de la célebre Countrywide Financial de Angelo Mozilo. El anterior jefe de Fannie Mae, Franklin R. Raines, fue el  jefe del gabinete presupuestario de Clinton. Se vio forzado a dimitir cuando se descubrieron graves problemas contables. Entre otros apparatchiks de Fannie están Jamie Gorelick, antiguo fiscal general con Clinton, y Thomas E. Donilon, el jefe de personal de la secretaría de Estado con Clinton.

 

Para decirlo todo, el oportunismo político lleva a Fannie y a Freddie a cubrir todo el campo; son célebres por contratar a amigos y parientes de políticos que puedan estar en condiciones de echar una mano. Pero, al menos esta vez, el problema no es culpa de George Bush. The Wall Street Journal parece estar más cerca de llevar razón que el Congreso controlado por el Partido Demócrata. El pasado fin de semana, su editorial dejaba claramente sentado lo que los socialistas han venido diciendo desde los tiempos de Karl Marx: «Lo que los contribuyentes necesitan entender es que Fannie y Freddie ya practican el socialismo, pero un socialismo de la variante desvergonzada. Sus beneficios, son privatizados, pero sus riesgos, socializados». Después de llamar a Fannie y a Freddie «monstruos de alto riesgo», el periódico observaba que «Wall Street y los empresarios de la construcción también tuvieron sus ingresos procedentes del negocio subsidiado, y también ellos pagaron, a su vez, al Congreso, en efectivo y en especies». Concluía cuestionando el que la existencia de este tipo de empresas patrocinadas por el gobierno (GSE, por sus siglas en inglés) tuviera la más mínima justificación. «Aparte de un fracaso sin paliativos, el peor de los escenarios sería una inyección de capital que dejara a las compañías en libertad para volver a cometer el mismo desaguisado dentro de dos o diez años».

 

En otro artículo, el mismo periódico observaba que: «Sobre la base de una estimación equitativa de su valor, la compañía [Freddie Mac] tendría un valor neto negativo rayano en los 17 mil millones de dólares». El problema es que no hay «mercado» alguno –es decir, ninguna oferta de compradores suficientemente ingenuos— para esos préstamos malos, salvo a precios risibles. A causa de la codicia miope y de la incompetencia, la industria de la deuda de la vivienda ha actuado como una casa de empeños fraudulenta con préstamos hipotecarios altamente apalancados en la deuda. No puede decirse con exactitud que sean ladrones, porque, en vez de ser procesados, lo que han sido es recompensados con decenas de millones de dólares en bonificaciones por haber ganado tanto dinero en su calidad de innovadores de la deuda para el sector financiero, para las aseguradoras y para las inmobiliarias.

 

Su lugar va a ser ahora ocupado por los Estados como compradores en última instancia de deuda mala. Supongo que a eso bien puede llamársele «socialismo financiero»: la etapa necesaria para salvar el capitalismo financiero, o al menos sus mayores instituciones («demasiado grandes para caer») en la cúspide de la pirámide económica. También podría llamársele «capitalismo financiero de los bienes raíces». Pero en los usos lingüísticos que dominan en Washington se emplean los eufemismos, tan característicos de la jerga populista del Partido Demócrata, de «propiedad democratizadora» y «aumento de la propiedad de la vivienda», en referencia al incremento de la tasa de endeudamiento de la población, que ha llegado al extremo de que la hipoteca absorbe el grueso de sus ingresos personales disponibles.

 

¿Puede hincharse otra burbuja inmobiliaria?

 

 Se mantiene el hecho de que todas las burbujas financieras que registra la historia, comenzando por la burbuja inglesa de los Mares del Sur y la burbuja francesa del Misisipí en 1710, hasta la burbuja actual, han sido patrocinadas por los gobiernos. Olvídense de la propaganda de la «locura de las masas», característica de la retórica del libre mercado. Las elites que están en el meollo y los políticos que favorecen las burbujas siempre culpan a la víctima. La realidad es que Fannie, Freddie y la FHA dieron una pátina de confianza al préstamo irresponsable y al fraude liso y llano. Ese juego de confianza les llevó a garantizar unos 5,3 billones de dólares de hipotecas, y a mantener otros 1,6 billones en sus libros de contabilidad para respaldar las obligaciones que emitían para los inversores institucionales. Su estrategia ha consistido en emitir obligaciones pagando tasas de interés relativamente bajas, y usar los beneficios para comprar hipotecas a tasas algo más altas.  Este tipo de arbitraje con las tasas de interés es lo que S&L hizo en los años 80; un paralelo pertinente, que comentaré luego.

 

El mito es que el papel de Fannie y Freddie consiste simplemente en extender las bases de la propiedad haciéndola accesible a más gente. Fannie Mae fue creada en la Depresión, en 1938, como parte del New Deal de Roosevelt, y privatizada en 1968. Fredie Mac fue creada dos años después, en 1970, para comprar las hipotecas de S&L [asociaciones de ahorros y préstamo; T.] y dar «liquidez» a su crédito hipotecario desarrollando mercados más allá de los bancos y de las S&Ls que dieron origen a esos préstamos. Pero eso, como acabó viéndose luego, fue su «pecado original», por así decirlo. Los inversores no bancarios se vieron obligados a depositar su confianza en los que habían dado origen a las hipotecas: bancos, S&Ls e intermediarios hipotecarios, cuyas filas rebosan de peritos en el fraude y el latrocinio.

 

Llámese como se quiera al asunto, su sueño es volver a la aparente edad de oro patrocinada por Alan Greenspan desde la Reserva federal. Fue una década de rápidas fortunas milmillonarias amasadas con la compra de créditos hipotecarios ficticiamente sobrevalorados y su ulterior venta a fondos de pensiones y a banqueros alemanes e ingleses, ávidos todos por encontrar unas cuantas fracciones extra de un punto porcentual en los ingresos corrientes, a fin de justificar una prima gigantesca alegando haber superado a los gestores del dinero más realistas.

 

Todo eso es tan norteamericano como la tarta de manzana. Retórica política altruista aparte, la razón de que las finanzas, los seguros y el sector inmobiliario (FIRE, por sus siglas en inglés) hayan desarrollado una actividad lobística tan tenaz a favor de Fannie y Freddie es que la función financiera de éstas ha sido precisamente la de hacer que la vivienda fuera cada vez menos accesible. Han hinchado los precios de los activos con créditos que han endeudado a los propietarios de viviendas a unos niveles que no tienen precedentes en la historia. Después de todo, por eso ha estallado la burbuja inmobiliaria. Sin embargo, ahora el Congreso actúa como si la única forma de resolver el problema de la deuda fuera crear todavía más deuda, hinchar los precios inmobiliarios todavía más generando aún más crédito para elevar la puja por los precios que los compradores de vivienda tienen que pagar. El plan, así pues, pretende que la irrealidad financiera de la Economía de la Burbuja se haga real merced al Socialismo Financiero.

 

¿Puede funcionar el plan? La razón de que Fannie y Freddie hayan sido capaces de prestar a un interés más bajo que sus rivales es que su patrocinio público llevó a los inversores a creer que había una garantía pública implícita de no dejarlas caer. Y a la vista del hecho de que esas dos agencias detentan unos 5 billones de dólares en hipotecas –cerca de la mitad de los 12 millones del mercado hipotecario nacional estadounidense—, realmente parecen «demasiado grandes para caer». El valor nominal de las hipotecas que han garantizado es casi tan grande como toda la deuda federal estadounidense en manos del público. Eso significa que la deuda federal nominal se multiplicaría por dos si esas dos agencias cayesen. Pero al menos el gobierno puede siempre imprimir dinero, mientras que los bienes raíces que respaldan a las hipotecas garantizadas por Fannie y Freddie (o que figuran en su contabilidad) ven cómo sus precios van despeñándose por los derrotaderos de la quiebra técnica. (1)

 

Lo que planea sobre sus cabezas es la esperanza de reinflar los precios de la vivienda para salvar a los gestores financieros que buscaron hacer dinero con creación de deuda más que con formación tangible de capital. De modo que la cuestión es si los precios de la vivienda pueden llegar a subir hasta un nivel que fuerce a las familias a caer todavía en más deudas de las que pueden soportar (con pagos cada vez menores, cada vez más subsidiados a costa del erario público).

 

En tal caso, el subsidio no sería realmente para los propietarios de vivienda, sino para los tenedores de hipotecas del sistema financiero. El objetivo no sería hacer más accesible la vivienda, sino menos, ¡porque las deudas serían mayores!

 

El grueso de los inversores ve la situación como de naturaleza más política que estrictamente económica. Uno oye hablar una y otra vez estos días de la garantía estatal «implícita» de la bondad de las obligaciones emitidas por Fannie y Fred para financiar esas hipotecas basura. La repetición sin cesar de lo mismo refleja la ansiedad que sienten los tenedores de esas obligaciones a propósito de la calidad de las mismas. (Las acciones de Fannie y Freddie se han desplomado ahora al 10% de lo que un día fueron sus valores máximos. Los inversores, huelga decirlo, contemplan la posibilidad de que sus valores se evaporen, como sucedió con Bear Sterns.)

 

La palabra «implícito» significa «no explícito». Hay una mortificante indicación de lo que podría ser, pero que todavía no es, legalmente hablando. Los habituales de la barra libre en el capitalismo financiero inmobiliario hacen protestas de inocencia y dicen ser víctimas de un tumbo «inesperado» del mercado. (Las malas noticias siempre son «inesperadas» para los portavoces financieros y los periodistas económicos; también Claude Rains se manifestó «chocado, chocado» al descubrir que se jugaba en el Ricks’s Café.)

 

La distinción entre implícito y explícito acaso sea demasiado filosófica para el grueso de los gestores del dinero que trabajan en las instituciones financieras y que han comprado a Fannie Mae y a Freddie Mac obligaciones y paquetes de hipotecas basura. La mayoría de esos apparatchik financieros no necesitan mucha  formación intelectual. Todo lo que necesitan es codicia, que no puede enseñarse; es una adicción. Una adicción que en Wall Street alienta en el corto plazo, de una prima anual a la siguiente.

 

Las primas de Wall Street se basan en la bondad del «rendimiento» de uno en relación a la norma: la tasa de retorno de una obligación del Tesoro, o el promedio de un fondo de inversión o de un fondo del mercado de dinero. Cualquiera puede superar esos promedios limitándose simplemente a realizar las compras más arriesgadas, que son, por lo mismo, las obligaciones de mayor rendimiento.

 

Predadores y víctimas: ¿a quién ayuda el Congreso?

 

De camino en el metro hacia mi esperado remanso fresco en Queens, he abierto esta mañana el New York Times dominical; me encuentro con un artículo de la siempre bien informada Gretchen Morgenson sobre un cliente de Countrywide Financial perjudicado por un tipo variable de interés hipotecario que le han aumentado ahora hasta una cantidad que es incapaz de pagar. El hipotecado se sintió tan frustrado por la falta de respuestas luego de sus primeros intentos de comunicarse, que envió un mensaje por correo electrónico a un bloque de direcciones de Countrywide pidiendo renegociar su hipoteca en términos más accesibles, a fin de evitar el impago. Eso es lo que Henry Paulson ha recomendado hacer a los prestamistas «responsables», y Countryside es responsable de cerca de 1,5 billones de préstamos hipotecarios, la mayoría de ellos subprime.

 

El mensaje de correo electrónico terminó en las manos de Angelo Mozilo, cofundador y presidente del consejo de administración de Countrywide. (Lo mencioné antes por haber concedido al director de GNMA y antiguo asesor de Obama una hipoteca en términos excepcionalmente favorables.) El señor Mozilo es el Darth Vader del mercado hipotecario global y, probablemente, la persona con mayor responsabilidad en haber dañado financieramente a más seres humanos que cualquier otra persona del planeta, incluidos Ken Lay y Michael Milken. Mientras llega la oportuna película biográfica, podemos conformarnos con el artículo «El silencio de los prestamistas» de la señora Morgenson, publicado el pasado 13 de julio en el New York Times.

 

El señor Mozilo contestó. La petición de que su compañía rebajara las exigencias hipotecarias le resultaba «desagradable». La idea misma de un deudor que no se atiene a los contratos suscritos –contratos que se han revelado tratos  de cebo y cambiazo firmados en condiciones coercitivas— le parecía una amenaza a la institución misma de la propiedad privada. Después de todo, ¿acaso la hipoteca acordada no contemplaba la posibilidad de «ajustar» al alza su ridículo tipo de interés, a fin de ponerlo en consonancia con una tasa de extracción de sus ingresos acorde con el mundo real?

 

Una «asesora de ejercicios» de Countrywide, perteneciente al «equipo de embargos» de la compañía, trató de ser de más ayuda. Sugirió: «tal vez pueda usted comer menos», cuando el deudor hipotecario le contó que, después de pagar el plazo de la hipoteca, sólo disponía de 10 dólares al día.

 

Acaso mi mente viajó demasiado rápido, pero me acordé del lenguaje empleado por los acreedores sumerios y babilonios. Sus contratos dicen que los acreedores podrán ir a «comer» las deudas de intereses debidos por los cultivadores y los deudores. Típicamente, los contratos de la Edad de Bronce de los tiempos de Hamurabi (hacia 1750 antes de nuestra era) insisten en que los deudores rurales pagarán sus deudas en grano (que se cambiaba a la par que la plata, un litro de grano por cada shekel de plata), pesado en tiempo de cosecha sobre el terreno mismo de la trilla. La teoría económica postclásica se funda en el principio de la utilidad marginal decreciente.  Conforme a esa teoría, el placer de consumir más cantidad de cualquier mercancía disminuye con cada unidad adicional consumida. Eso parecía sugerir que, a medida que la gente se hacía más rica, se volvía menos codiciosa, dejando vía libre a los consumidores más pobres para «atrapar una parte». Era una imagen dichosa de economías que, de forma natural y casi automática, conducían a una distribución más igualitaria de la riqueza.

 

Se calla por sabido que era pura ficción. Pero fue un «yerro exitoso» que le valió a la escuela de la utilidad marginal fabulosos subsidios financieros para departamentos de teoría económica que enseñaban esa distracción que arrojaba por la borda la teoría económica clásica y las reflexiones de ésta sobre los incrementos de ingresos no ganados, las barras libres y la polarización de la riqueza por los rentistas (una palabra que resulta hoy tan anacrónica como la de «usurero»).

 

Ni que decir tiene que esos teóricos de la utilidad marginal jamás oyeron hablar de la adicción a la riqueza que Aristóteles y otros escritores antiguos describieron con precisión. ¿Cuánto puede «comer» un acreedor en la práctica? La respuesta es: ¡»de todo en cualquier cantidad»! Por eso la adicción a la riqueza es una adicción total.

 

Está implícita en las matemáticas de la «magia del interés compuesto». Esa es la magia que ha causado la crisis inmobiliaria hundiendo a Fannie Mae, Freddie Mac y Lehman Brothers en el abismo de la insolvencia.

 

Una repetición de la crisis de los seguros federales S&L: salvar a los que aceptaron el riesgo, no a sus víctimas

 

Las obligaciones basura emitidas por los atracadores de las grandes corporaciones empresariales eran las obligaciones más rentables en los 80, hasta que condujeron a la quiebra a las S&Ls. Desde que la Reserva federal inundó de crédito la economía tras el estallido de la burbuja punto.com en 2000, las hipotecas basura han sido los títulos de mayor rentabilidad. Entretanto, desde la Reserva federal, su presidente, Alan Greenspan, desreguló el sistema bancario para permitir que la habitual recua de ladrones financieros expresara los «espíritus animales» que Greenspan reputaba la fuerza motriz de su mundo de fantasía inspirado en Ayn Rand.

 

El resultado es una repetición del colapso de las S&Ls de hace dos décadas, la repetición de un «clásico» financiero, por así decirlo. El modo en que se procedió a salvar S&L es relevante ahora, porque las propuestas para salvar a los tenedores de obligaciones emitidas por FNMA y Freddie Mac son asombrosamente parecidas a la salvación de los cuentacorrentistas de las expoliadas S&Ls en los 80. Sólo un puñado de S&Ls se fue a pique, las más notoriamente aficionadas al riesgo. Sus cuentacorrentistas no eran mamás y papás del vecindario, sino grandes ahorradores institucionales, que pudieron desentenderse de los riesgos o de los comportamientos fraudulentos porque había una garantía pública por parte de la FSLIC (Federal Savings and Loan Insurance Corporation). Fue ella la que salvó a los grandes los propietarios de los grandes depósitos.

 

Volvamos rápidamente a nuestros días. Se pudo comprobar hace muchos meses que FNMA maquillaba sus libros. Pero a los grandes especuladores les traía sin cuidado. Aunque no había garantía pública oficial alguna, había una protección «implícita» asegurada a los que incurrían en riesgos. Las empresas aseguradoras financieras incrementaron drásticamente la prima de los seguros contra impagos para esas dos agencias hipotecarias patrocinadas por el gobierno. Pero los inversores siguieron siendo capaces de sacar unos cuantos puntos más comprando sus obligaciones.

 

¿Deberían ser salvadas? Y si el gobierno no lo hace, ¿significaría eso la quiebra de FNMA y el colapso del mercado hipotecario estadounidense?

 

¿Qué queremos, una nueva burbuja o la reindustrialización?

 

Permítasenos dar un paso atrás y atender a la función que Fannie y Freddie han desempeñado en la actual Economía de la Burbuja

 

¿A quién podría esperarse que apoyaran la Fed, en su calidad de «comité de dirección» del sistema bancario comercial, y la Agencia Federal de la Vivienda, la FNMA y Freddie Mac, criaturas del sector inmobiliario? Manifiestamente creadas para servir «al pueblo», el 90% del cual está compuesto por deudores, lo que hacen estas instituciones es apoyar al 10% de la población que son acreedores.

 

En lo que llevamos de año, hemos visto ya un millón de embargos y subastas, y el colapso de las hipotecas basura está empeorando. Los precios de la vivienda se están desplomando, a medida que las tasas de interés de las hipotecas eufemísticamente llamadas de interés variable «varían» en la única dirección para la que fueron concebidas: disparándose desde niveles irrisorios hasta llegar a niveles catastróficamente altos. En el mercado de hoy, resulta más difícil obtener un crédito. La economía ha alcanzado su límite de endeudamiento y está entrando en una fase de insolvencia.

 

No estamos en un ciclo, sino en un fin  de época. El viejo mundo de la piramidalización de la deuda en grado fraudulento no puede restaurarse, a pesar del rechazo de la Ley Glass-Seagall en 1999, que provocó conflictos financieros de interés cuando la Administración Clinton respaldó al secretario del tesoro Robert Rubin y al lobista financiero Greenspan en la idea de que los mercados financieros observarían la ley y se autorregularían. La burbuja inmobiliaria fue posible gracias al hecho único de que la población norteamericana salió de la II Guerra Mundial relativamente libre de deudas. Todas y cada una de las recuperaciones económicas se han hecho partiendo de un nivel cada vez mayor de deuda. Eso es algo parecido a tratar de conducir un automóvil con un pedal del freno más apretado cada vez que se encuentra un semáforo en luz roja (recesión). Ahora hemos llegado al límite de endeudamiento, y la economía está atenazada. Ha vuelto la guerra de clases en el mundo de los negocios, pero vengándose: en vez de ser la habitual guerra de clases al viejo estilo entre los empresarios industriales y su fuerza de trabajo, ésta de ahora regresa a los viejos tiempos preindustriales; es una guerra de clases entre acreedores y deudores. Su principio rector es: «el pez grande se come al chico»; lo que acontece merced a la dinámica deudora que permea a la pretendida economía de la libre elección.

 

Todo eso es presentado como propio de una economía postindustrial. Pero el asunto es harto más viejo. Ninguna economía en la historia ha sido nunca capaz de saldar sus deudas. En eso consiste la «magia del interés compuesto». Las deudas crecen inexorablemente, haciendo ricos a los acreedores pero empobreciendo a la economía entera en el proceso, y así, destruyendo la capacidad de pago. Habiendo reconocido esa dinámica financiera, la mayoría de las sociedades eligió la respuesta más lógica. Desde los sumerios en el tercer milenio antes de nuestra era y los babilonios en el segundo, pasando por Grecia y Roma en el primero y luego la Europa feudal hasta la maraña de deudas y reparaciones interaliadas que desbarataron a las finanzas internacionales luego de la I Guerra Mundial, la respuesta ha sido siempre la de rebajar la deuda para acompasarla a la capacidad de pago del deudor.

 

Y eso sólo se puede hacer anulando la deuda que no se puede pagar. La alternativa es la servidumbre por deudas. Durante la mayor parte de la historia, los países han hallado una y otra vez que la bancarrota –la anulación de la deuda— es la vía a las economías libres. La idea es liberarlas de una situación en la que el excedente económico resulta desviado de la inversión tangible a fin de poder pagar a los banqueros. La idea clásica de los mercados libres era evitar la privatización de monopolios como el privilegio único de los banqueros comerciales, que pueden crear crédito bancario y cargarlo con intereses.

 

Las propuestas que se hacen ahora pretenden substituir las malas deudas que no están públicamente aseguradas (salvo por una garantía «implícita» dada por relevantes legisladores) por deudas nuevas, y con el fardo cargarán nuevos mamoncillos; ya se está cortejando oportunamente a bahreinitas y sauditas, especialmente.

 

Pero lo que hay, sobre todo, es una campaña pública sostenida por el sector FIRE (finanzas, seguros y bienes raíces) para convencer a la opinión pública norteamericana de que, en las célebres palabras de Margaret Thatcher, TINA, «There Is No Alternative», «no hay alternativa». (Véase por ejemplo la excelente cobertura que hizo el Wall Street Journal de la crisis hipotecaria de la FNMA el 11 de julio de 2002, p. A12.) Cuando uno oye eso, significa que la censura política se está movilizando para inundar a los medios de comunicación de masas con el equivalente intelectual de las moscas de la fruta estériles que se sueltan para evitar la propagación de una amenaza. Todo lo que uno oye es un caudal de alegaciones, según las cuales el gobierno está obligado a preservar las ficciones financieras que son FNMA y Freddie Mac para «salvar al mercado».

 

¿Pero qué es «el mercado» que ha de ser «salvado»? Para Wall Street y sus abogados en el Congreso, es la masa de deuda mala que crece a un «mágico» interés compuesto, más allá de la capacidad de pago de los deudores. Si los deudores no pueden pagar, entonces tiene que pagar el gobierno: el «contribuyente» tiene que extenderle un cheque a Wall Street. Entretanto, hay que proceder a más recortes fiscales para permitir que las finanzas, las aseguradoras y el sector inmobiliario tengan dinero bastante para «recuperarse» de sus pérdidas por la vía de extraer aún más rentas e intereses de los consumidores y asalariados de la economía industrial.

 

La hipocresía al uso se lleva esta vez a los extremos con la alegación de que todo eso es necesario para «salvar a la clase media», cuando de lo que se trata es de salvar sus deudas, no sus activos. Lo cierto es que algo ha de perderse, y el 10% más rico de la población quiere asegurarse de que no será su posición económica, sino la del 90% que tiene a sus pies. El «modo de vida» que se quiere salvar no es el da la vivienda en propiedad, sino el de la servidumbre por deudas en que se funda la concentración de la riqueza en la cúspide de la pirámide económica.

 

Mi modesta propuesta

 

Los accionistas de FNMA y Freddie Mac serán probablemente borrados del mapa, como lo fueron los accionistas en la salvación de los cuentacorrentistas de S&L en los 80. Hay una forma simple de preservar las funciones públicas de FNMA y de Freddie, si se consideran necesarias para mantener el apoyo al mercado de la deuda. Se puede hacer sin acudir en auxilio de los especuladores que compraron las hipotecas que ellas empaquetaron.

 

Para empezar, no todas las hipotecas que compraron o garantizaron estas dos agencias son basura. La mayoría son genuinas y están al corriente de pagos. Después de todo, los pobres son honrados y creen que tienen que pagar como punto de honor, aun si el hacerlo contradice su interés económico cuando el valor de sus hogares hipotecados cae por debajo del de la hipoteca. Déjese que esas hipotecas sigan respaldando las obligaciones de FNMA y Freddie Mac existentes al nivel en el que está actualmente el servicio de su deuda hipotecaria. Si hay un cortocircuito, déjese que los tenedores de las obligaciones sufran las pérdidas que supuestamente van de la mano del riesgo; por algo tenían esas hipotecas unas tasas de interés tan altas. Las pérdidas serían proporcionales al fraude financiero e inmobiliario generado. Esa es la ley para todos los tenedores de obligaciones cuando sus inversiones se dirigen al sur. ¿Por qué hacer una excepción para los participantes en la burbuja financiera?

 

La regla caveat emptor [tenga cautela el comprador; T.] debería aplicarse aquí a los banqueros y a los inversores. Compraron un producto, un flujo de ingresos que creyeron o pretendieron que podrían ser pagados. Cualquier estudiante que haya aprendido las matemáticas del interés compuesto sabe que, al final, las deudas de una economía nunca pueden ser saldadas. De modo que esto debería ser un particular caveat financiero.

 

Para mantener sus actividades al día, déjese que Fannie y Freddie emitan una nueva serie de obligaciones: la serie «no volveremos a engañar más». Estarían basadas en una nueva y más honrada y realista estimación de la accesibilidad a la vivienda, que es lo que supuestamente están promoviendo. Tales pasos no provocarían un colapso.

Pero antes de dar pasos para salvar a FNMA y a Freddie Mac, podríamos preguntarnos si sería una tragedia el cese de sus garantías de la deuda. Wall Street dio a los políticos un guión para apoyar a FNMA y a Freddie, pretendiendo que su actividad de empaquetar y revender hipotecas en grandes «rebanadas» proporcionaba liquidez. Sus defensores alegaban estar «modernizando» el mercado hipotecario inmobiliario creando estándares uniformes y paquetes homogéneos. Pero esos paquetes se fueron contaminando con basura, embutiendo en salchichas financieras préstamos a pobres sin paga fija y a Ninjas («No income, no job») sin ingresos ni empleo.

 

Lo que hicieron Fannie y Freddie fue proporcionar una nueva y caudalosa fuente de demanda hipotecaria. Su papel ha consistido en extender el mercado de la deuda hipotecaria, crear oportunidades para ganar dinero financieramente en un contexto de inflación de los precios de los activos: la Economía de la Burbuja. El resultado fue la subida desapoderada de los precios de la vivienda. Tal ha sido el Juego Norteamericano durante un siglo. Y se ha abierto cada vez más a inversores extranjeros (incluidos los ingenuos bancos alemanes que fueron los primeros en arruinarse por haber confiado en el mercado estadounidense de hipotecas basura), hinchando la oferta de fondos prestables que empujaron al alza los precios de la propiedad.

 

Antes de la FNMA y Freddie Mac, los bancos que hacían hipotecas las mantenían, porque no había compradores ciegos fuera. Así fue la era pre-fraude. Ahora la vemos como una Edad de Oro. Los precios de las viviendas eran baratos, y los compradores no tenían que endeudarse tan profundamente para adquirir sus casas. Pero el Senado y el Congreso –al menos, los Demócratas— urgen ahora a la Agencia Federal de la Vivienda y a otras agencias públicas a sostener al alza el mercado hipotecario ofreciendo préstamos por el valor total de lo adquirido y otros subsidios. El propósito primero no es ayudar a los propietarios de vivienda, que, en realidad, tendrían que pagar más, si el mercado inmobiliario se hinchara de nuevo. Cada crisis económica añade unas cuantas palabras a la lengua inglesa. Esta vez, tenemos «reflate» («reinflar»). Otra es la acuñada por el profesor Roubini, de la Universidad de Nueva York, «stagdeflation» («estancdeflación»), que combinaría la deflación de ingresos causada por la deuda y la inflación de precios de las mercancías a medida que el dólar baja en respuesta al déficit de la balanza de pagos resultante en buena medida de la guerra de Irak. Pero esta es otra historia. La historia de hoy trata de los intentos del Congreso de salvar a bancos que compraron o empaquetaron esas hipotecas basura, trata de lo innecesario de ese salvamento y trata de una medida harto más simple y equitativa, cual sería cancelar la mala deuda.

 

Conclusión

 

La deuda inmobiliaria estadounidense de 13 billones de dólares no es más saldable que la deuda de 3,5 mil millones de dólares que tiene contraída el gobierno  norteamericano con bancos centrales extranjeros, o, para lo que aquí importa, que la deuda pública misma. Adam Smith observó hace dos siglos que ningún gobierno había saldado jamás sus deudas. En esa época, la aristocracia –los sucesores de los señores de la guerra vikingos que conquistaron Gran Bretaña y otros países europeos, privatizando sus tierras comunales— mantenía el grueso de la tierra abierto al acceso público libre. Hoy, los bienes raíces se han «democratizado», pero eso se ha hecho a crédito. Las hipotecas constituyen el grueso de la deuda de las familias norteamericanas. Con tal función, la deuda inmobiliaria se ha convertido en la base del sistema bancario comercial, y por lo mismo, en la base de la riqueza del 10% más rico de la población, acreedor del 90% endeudado. De eso van Fannie Mae, Freddie Mac y «el mercado».

 

Ningún partido apoya en el Congreso una nueva ley de quiebras. Falta, para eso, el dinero de los lobistas.  De modo que la alternativa preferida parece ser una nueva burbuja inmobiliaria, lo que significa más servidumbre por deudas para los nuevos compradores de vivienda, no descenso de los precios de las casas a niveles accesibles.

 

Por supuesto, hay una alternativa (TIAA, There Is An Alternative). Es hacer de la renta la base del sistema fiscal, en vez de hacer de ella la base para expandir la deuda a los bancos. Los bienes raíces podrían liberar de fiscalidad al trabajo y a la industria. En cambio, desgravar fiscalmente la propiedad lo que ha hecho es forzar al mundo del trabajo a cargar con los impuestos y a pagar a los bancos una suma equivalente en intereses.

 

Pero ese es ya asunto para un artículo venidero.

 

 

NOTA T.: (1) La «negative equity» se traduce aquí por «quiebra técnica» por ser la única voz del léxico económico con tradición castellana que se acerca al significado original en inglés. Pero la locución inglesa es propiamente intraducible, a causa de las diferencias legislativas. Mientras que cuando en los EEUU se deja de pagar una hipoteca lo único que puede hacer la institución financiera acreedora es subastar el bien inmobiliario y quedarse con el dinero de la subasta, en la legislación hispánica, si el dinero conseguido en la subasta no basta para cubrir la hipoteca, la institución financiera puede proceder al embargo de otros bienes del deudor –incluida la nómina—, hasta cubrir el total de lo adeudado. «Negative equitiy» es la situación que se produce cuando el precio del inmueble cae por debajo de la deuda hipotecaria: quien tiene entonces un problema es la institución financiera tenedora de los títulos hipotecarios. Mientras el deudor norteamericano en situación de «negative equity» tiene abierta la posibilidad de soltar el bien inmobiliario de consuno con la hipoteca, el deudor hispánico se halla, en cambio, en situación de «quiebra técnica»: debe más de lo que vale el bien por el que está endeudado y no tiene otra salida que seguir satisfaciendo esa deuda. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Written by 666redux

agosto 1, 2008 at 1:38 am

un sol…

with one comment

 

 

hola.

vaya imagen, iniciar esta bitacora con la figura de «nuestro» sol  es como  invocar a fuerzas mas poderosas, pedir que con su presencia auyente a los  indeseables, que llame a los amigos, a los benignos a los generosos…en fin ya veremos como va … les informo que 666redux se funda como bitacora META del 666ismocritico (http://666ismocritico.wordpress.com/) …intentaremos con este sitio aclarar (nos) el rumbo que vaya tomando este y otros proyectos, bitacora de viaje, del nuestro y espero de quien se anime a subirse a la barca.

adieu!

inti

pd.

se avisara con brevedad la llegada del nuevo numero del 666 dedicado a Latinoamerica…ya casi.

Written by 666redux

julio 29, 2008 at 3:33 pm

Publicado en aviso

¿Bienvenidos?

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Written by 666redux

julio 25, 2008 at 1:52 am

Publicado en No veo nada...